Los hilos perdidos
Los hilos perdidos
La enfermedad va borrando poco a poco los contornos del pasado de una mujer que es visitada todos los días por su hija. Atrapada en un mundo de brumas, la madre se aferra al bordado como si solo con hilo y aguja pudiera retener algo de sí misma. En sus dedos temblorosos habita una memoria, y en ese gesto repetido, casi ritual, comienzan a emerger fragmentos de una historia familiar marcada por el silencio y por la desaparición de una de sus hijas, cuya ausencia pesa tanto como su recuerdo.Con una prosa delicada y feroz, Juliana Muñoz Toro construye una novela sobre los vínculos femeninos, el abandono y las formas que toma la memoria aun la más rota para dibujarnos un futuro. Un relato íntimo y punzante donde el olvido no es el final, sino una puerta entreabierta hacia los secretos del pasado.
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Técnicas de uso, cuidado y Lectura
Protege del sol y el polvo
La luz del sol es el enemigo número uno de los libros. Con el tiempo, los rayos UV decoloran las cubiertas, amarillean las páginas y debilitan el papel. Coloca tus estanterías en una pared que no reciba luz solar directa o usa cortinas para protegerlos.
El polvo puede acumularse y, con el tiempo, atraer plagas. Usa un paño de microfibra o una brocha suave para quitar el polvo de las cubiertas y los lomos de manera regular. Nunca uses plumeros porque solo esparcen el polvo.
Protege de la humedad
Los ambientes húmedos son ideales para el desarrollo de moho y hongos, que pueden arruinar un libro por completo. Por otro lado, un ambiente demasiado seco puede hacer que las páginas se vuelvan quebradizas. Lo ideal es mantener una temperatura estable y una humedad relativa entre el 30% y 50%.
La forma correcta de almacenar libros es de pie, uno al lado del otro. Evita apilarlos horizontalmente, ya que el peso puede deformar las cubiertas y dañar los lomos. Si tienes libros muy grandes y pesados, es mejor colocarlos en una superficie plana.
Técnicas de Lectura
No dobles las esquinas de las páginas: Utilizar las páginas como marcadores de lectura es una práctica muy común, pero daña el papel. Usa un marcapáginas o un trozo de papel para marcar por dónde vas.
Evita abrir el libro por completo: Aunque es tentador abrir el libro 180 grados para leerlo con comodidad, esto puede dañar el lomo. Intenta abrirlo solo lo necesario, sin forzar la unión de las páginas con la cubierta.
Cuidar de tus libros es una inversión a largo plazo que te permitirá disfrutar de ellos por muchos años. Con estos sencillos hábitos, te convertirás en un guardián de tus propias historias y conocimientos.