La última actriz
La última actriz
Aunque soñaba con ser actriz, Sabrina terminó por estudiar Artes. Impulsada por Gabriel su director de tesis y su amante, decide investigar las huellas del teatro judío en la Argentina. Para eso recurre a Jaim, un viejo profesor que le sugiere revisar los restos de los archivos de la AMIA, la mutual que sufrió un atentado terrorista en 1994. Fue en ese momento que decidí que yo me iba a dedicar a ese pasado. No es que me llamara la atención ese mundo, no más que cualquier mundo: lo que me convocaba era que hubiera desaparecido.La investigación resulta trabada y difícil porque la mayoría de los documentos volaron con la bomba. Hasta que un coleccionista le ofrece una caja y allí descubre el diario de Jana, una actriz del teatro ídish en la Buenos Aires de 1960. Su figura es una suerte de espejo mágico para Sabrina. Seguir sus huellas se vuelve una obsesión y todo lo demás su familia, su carrera académica, su relación con Gabriel pasa a segundo plano.En La última actriz, Tamara Tenenbaum demuestra una inteligencia narrativa excepcional. Con dos personajes femeninos perturbadores y una trama tan elusiva como hipnótica, esta novela trata acerca de ser mujer, del deseo y la realización, del mito del díbuk y la posesión del cuerpo, de la tradición y la modernidad, de la ciudad de Buenos Aires y de la búsqueda de una clave existencial entre un montón de papeles quemados.
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Técnicas de uso, cuidado y Lectura
Protege del sol y el polvo
La luz del sol es el enemigo número uno de los libros. Con el tiempo, los rayos UV decoloran las cubiertas, amarillean las páginas y debilitan el papel. Coloca tus estanterías en una pared que no reciba luz solar directa o usa cortinas para protegerlos.
El polvo puede acumularse y, con el tiempo, atraer plagas. Usa un paño de microfibra o una brocha suave para quitar el polvo de las cubiertas y los lomos de manera regular. Nunca uses plumeros porque solo esparcen el polvo.
Protege de la humedad
Los ambientes húmedos son ideales para el desarrollo de moho y hongos, que pueden arruinar un libro por completo. Por otro lado, un ambiente demasiado seco puede hacer que las páginas se vuelvan quebradizas. Lo ideal es mantener una temperatura estable y una humedad relativa entre el 30% y 50%.
La forma correcta de almacenar libros es de pie, uno al lado del otro. Evita apilarlos horizontalmente, ya que el peso puede deformar las cubiertas y dañar los lomos. Si tienes libros muy grandes y pesados, es mejor colocarlos en una superficie plana.
Técnicas de Lectura
No dobles las esquinas de las páginas: Utilizar las páginas como marcadores de lectura es una práctica muy común, pero daña el papel. Usa un marcapáginas o un trozo de papel para marcar por dónde vas.
Evita abrir el libro por completo: Aunque es tentador abrir el libro 180 grados para leerlo con comodidad, esto puede dañar el lomo. Intenta abrirlo solo lo necesario, sin forzar la unión de las páginas con la cubierta.
Cuidar de tus libros es una inversión a largo plazo que te permitirá disfrutar de ellos por muchos años. Con estos sencillos hábitos, te convertirás en un guardián de tus propias historias y conocimientos.