La cruzada
La cruzada
Entre aquello que en realidad fue y lo que pudo haber sido, Catalina de Erauso forjó su propia leyenda. La de una mujer que, como pocas, se animó a transgredir en el siglo XVII cualquier tipo de orden, incluso el que le imponía su propio cuerpo.Hija de una acomodada familia de San Sebastián, la menor de seis hermanos, a los cuatro años fue internada en un convento de dominicas. De inmediato, su rebeldía y su intransigencia se hicieron carne. A los quince huyó, se dio a la fuga, salió al mundo. Y decidió vestir ropas de hombre, vivir su vida como un varón. En adelante, nada de lo humano le fue ajeno. La furia y la guerra marcaron tanto su piel como cada uno de sus días. Con su identidad apócrifa viajó sin rumbo. Cruzó el Atlántico y luchó y mató por su rey, pero también por ella misma. Vio a la muerte a los ojos no una sino cien veces. Prófuga y encendida, buscó la paz y no encontró más que arrebato adonde fuera que sus tormentas la llevaran.Con un estilo que ya es marca personal, Florencia Canale hace de La cruzada una novela única que se desmarca de géneros y modas. Reescribe una historia, la de la Monja Alférez, que bien puede ser leída en clave de andanzas y aventuras, pero que a la vez no teme a la densidad y la bruma de una mujer que buscó escapar del mundo. Y también de ella misma.
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Técnicas de uso, cuidado y Lectura
Protege del sol y el polvo
La luz del sol es el enemigo número uno de los libros. Con el tiempo, los rayos UV decoloran las cubiertas, amarillean las páginas y debilitan el papel. Coloca tus estanterías en una pared que no reciba luz solar directa o usa cortinas para protegerlos.
El polvo puede acumularse y, con el tiempo, atraer plagas. Usa un paño de microfibra o una brocha suave para quitar el polvo de las cubiertas y los lomos de manera regular. Nunca uses plumeros porque solo esparcen el polvo.
Protege de la humedad
Los ambientes húmedos son ideales para el desarrollo de moho y hongos, que pueden arruinar un libro por completo. Por otro lado, un ambiente demasiado seco puede hacer que las páginas se vuelvan quebradizas. Lo ideal es mantener una temperatura estable y una humedad relativa entre el 30% y 50%.
La forma correcta de almacenar libros es de pie, uno al lado del otro. Evita apilarlos horizontalmente, ya que el peso puede deformar las cubiertas y dañar los lomos. Si tienes libros muy grandes y pesados, es mejor colocarlos en una superficie plana.
Técnicas de Lectura
No dobles las esquinas de las páginas: Utilizar las páginas como marcadores de lectura es una práctica muy común, pero daña el papel. Usa un marcapáginas o un trozo de papel para marcar por dónde vas.
Evita abrir el libro por completo: Aunque es tentador abrir el libro 180 grados para leerlo con comodidad, esto puede dañar el lomo. Intenta abrirlo solo lo necesario, sin forzar la unión de las páginas con la cubierta.
Cuidar de tus libros es una inversión a largo plazo que te permitirá disfrutar de ellos por muchos años. Con estos sencillos hábitos, te convertirás en un guardián de tus propias historias y conocimientos.